La crisis del petróleo que han desatado el ataque a las refinerías de Arabia Saudí por parte de drones y la amenaza de una guerra contra Irán por parte de Estados Unidos puede tumbar definitivamente la economía al completo. Pese a que la dependencia del crudo es menor ahora que en los años 70, la amenaza sigue siendo enorme... pero, de momento, es sólo amenaza. Nada se ha roto de forma permanente todavía.
Arabia Saudí tiene capacidad para cubrir sus exportaciones
durante 35 días y la mayoría de países compradores de la OPEP tiene stocks comprometidos
para las próximas cuatro semanas. Eso significa que hay todavía margen para
reconducir sin una guerra la situación en la zona del más sensible del planeta para la
materia prima con la que se mueve la economía, el Estrecho de Ormuz.
Estados Unidos tiene todavía más margen: 90 días de reservas obligatorias
lo que concede a la Administración Trump todavía más espacio para tener la cabeza fría.
Original aquí |
España –con importante dependencia del crudo saudí– pagaría
también una enorme
factura en términos de crecimiento que puede restar entre una y
dos décimas a un crecimiento que el INE ya rebajó el lunes 2 décimas más por
una revisión estadística. Eso haría absolutamente imposible
llegar a la previsión de crecimiento del 2,3% que sigue
sosteniendo el Gobierno. Lo que sí hay ya es una factura a corto plazo que se
empezó a pagar el lunes mismo: la Bolsa española cayó un 0,94% y valores como Repsol llegaron a subir un 1,07%.
Comentarios
Publicar un comentario